Cómo usar una vela para relajarte
Las velas no solo iluminan un espacio: pueden convertirse en una herramienta diaria para bajar el ritmo, reconectar y crear un ambiente de bienestar. Cuando las usás con intención, se transforman en un ritual que acompaña tu descanso físico y mental.
1. Elegí un espacio tranquilo
Buscá un rincón donde te sintás cómoda: tu mesa de noche, tu sala o incluso tu espacio de trabajo. Lo importante es que puedas estar en calma por unos minutos.
2. Encendé la vela con intención
Antes de prenderla, hacé una pausa. Preguntate: ¿Qué necesito hoy? ¿Relajarme, concentrarme, soltar tensión, sentir más calma? Esa intención dirige tu energía.
3. Regulá la luz y la atmósfera
La llama suave ayuda a reducir la estimulación visual. Bajá luces, poné música suave o simplemente disfrutá del silencio.
4. Respiración consciente
Mientras la vela arde, hacé respiraciones profundas y lentas. Inhalá por la nariz contando hasta cuatro, sostené un segundo, exhalá contando hasta seis. Repetí entre 3 y 5 veces.
5. Permití que el aroma te acompañe
Los aromas funcionan como “mensajes” al sistema nervioso. Cada nota puede ayudarte a entrar en un estado distinto. Permití que el aroma te envuelva sin forzarlo.
6. Cerrá tu ritual con gratitud
Antes de apagar la vela, reconocé ese momento que te diste. Un pequeño ritual repetido cada día transforma cómo vivís tus rutinas.